El método A/B es una metodología muy simple para averiguar si un proceso puede funcionar mejor que otro. Así de sencillo.
Ya sea porque quieres probar un canal de venta, un script de tu call center, una página web igual te interesa ponerlo en práctica.
Te traigo un ejemplo para que lo evalúes. Hay una página web, KIVA, que centraliza microdepósitos de cualquier persona para destinarlos a proyectos humanitarios que cada uno decida.
Siempre tiene que haber un objetivo y una hipótesis.
El objetivo de la empresa era claro: incrementar la cantidad de donaciones de los visitantes a su web durante su primera visita. La hipótesis era la idea de que cuanta más información dieran a los visitantes, mayor sería la cuantía.
Para ello, hicieron dos versiones de su página web, y dirigieron el tráfico a partes iguales a cada una de ellas, y simplemente, midieron los resultados.
El número de donaciones de la página de la derecha fue un 12% mayor que la de la izquierda.
No está claro el origen del método (se habla de 1835 para determinar la efectividad de un medicamento homeopático). Con la llegada de internet se popularizó, especialmente con Google y sus pruebas de qué información añadir en sus primeras versiones de su buscador.
Actualmente se estima que los grandes players de internet (Google, Amazon, Booking o Facebook) hacen cerca de 10 mil tests de este tipo de forma anual. En este artículo lo explican muy bien:
Start-ups and companies without digital roots, such as Walmart, Hertz, and Singapore Airlines, also run them regularly, though on a smaller scale. These organizations have discovered that an “experiment with everything” approach has surprisingly large payoffs.
Son prácticas tan habituales que incluso las plataformas online ya las ofrecen como un servicio habitual:
Este tipo de métodos se puede utilizar absolutamente para todo, siempre y cuando cuentes con una masa suficiente y unas herramientas de medición de datos adecuadas para poder llegar a tomar las decisiones más oportunas.
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