Muy relacionado con el post anterior, os traigo esta teoría que hace años me recomendaron su lectura y que desde el primer momento me dejó totalmente convencido. Es simple.
Todos tenemos un cubo imaginario de felicidad. Este cubo se puede vaciar pero no tiene límite de llenado.
Cuando se llena, nos sentimos de maravilla, pero cuando está vacío nos sentimos fatal Se llena con las emociones positivas y se vacía con las emociones negativas
Podemos llenarlo con las actividades que hacemos para nosotros mismos pero también llenamos nuestro cubo al llenar los cubos de los demás, en igual o mayor forma. Y viceversa.
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